La ministra de Educación provincial, Elida Rasino, aseguró que "van a comenzar las clases igual". Y todas las escuelas repitieron este mensaje aunque en varias de ellas el viernes todavía no sabían cómo iban a acatar esa orden.
En muchos establecimientos, profesores y alumnos deberán trabajar en espacios prestados o en aulas móviles.
La nueva ley de educación, que exige la obligatoriedad del secundario, ya entró en vigencia el año pasado, pero corre a otros ritmos diferente a la realidad.
El ingenio y la creatividad se pusieron en juego en cada institución para ver de qué manera podrían recibir a sus alumnos. Algunos se consolaban pensando que sólo sería por un par de meses, pero todos reconocieron que será "una situación muy difícil para profesores y alumnos".
En la mayoría de los colegios los chicos deberán convivir con los obreros, el polvo y los martillazos propios de una obra en construcción.
Mientras tanto, docentes y directivos esperan que las obras se concluyan lo antes posible para poder impartir clases con dignidad.
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