El porque de la tormenta...
Antes o después, la fiesta de la patrona de América, trae consigo vientos, relámpagos y lluvia, fenómeno que al repetirse alrededor de cada 30 de agosto, robustece el mito de la "tormenta de Santa Rosa".
La historia recuerda que el 30 de agosto de 1615, vista la proximidad de buques holandeses frente a las costas del Callao, la Iglesia dispuso que se elevaran rezos en todos los monasterios para evitar la invasión de los calvinistas. Mientras los frailes dominicos tomaban las armas para repeler la invasión, desde la capilla de San Gerónimo, Rosa elevó sus ruegos y pronto una gran tormenta, con una lluvia torrencial, impidió el desembarco de los protestantes holandeses, con lo que la Iglesia de Lima quedó a salvo. En la capital de Perú, en virtud de un microclima muy especial, nunca llueve, de manera que los sorprendidos fieles católicos limeños le atribuyeron la tormenta a los ruegos de Rosa, quien precisamente le pedía a Dios algo tan imposible, como que lloviera en Lima para evitar el desembarco.
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