jueves, 26 de noviembre de 2009

INTELIGENCIA EMOCIONAL FRENTE AL FRACASO ESCOLAR EN ESPAÑA


En una situación normal, una pelea entre dos alumnos se saldaría con una expulsión de ambos. En este contexto, lo suyo es hacer reflexionar a ambos chicos sobre los motivos de la disputa hasta hacerles ver que no tenía razón de ser. Les damos un espacio y un tiempo para que ellos mismos se den cuenta de que no deben repetir esa conducta», explica Alberto Reveriego, jefe de estudios del instituto Al-Qazeres de Cáceres. (España)

Su centro ha sido uno de los primeros en comprobar las bondades de la aplicación de la inteligencia emocional en las aulas.
La consejera de Educación, Eva María Pérez, anunció ayer que en 2010 se pondrá en marcha una Red de Escuelas de Inteligencia Emocional en la región cuyo objetivo será ayudar a descubrir, conocer y regular las emociones de alumnos, profesores y padres para mejorar la convivencia en las aulas y los resultados académicos.
La iniciativa, que entrará en vigor el año que viene y en la que participarán un máximo de 29 centros educativos, ha contado con una experiencia piloto en 26 institutos extremeños entre los que se encuentra el instituto Al-Qazeres. Los buenos resultados de los diferentes proyectos han servido para animar a la Junta a extender la experiencia a otros institutos de Secundaria de la región.

Apadrina un alumno
El instituto 'Matías Ramón Martínez' de Burguillos del Cerro fue otro de los primeros en abrir camino. Su propuesta, un proyecto en el que cada uno de los 23 docentes participantes apadrinó a un alumno del centro, tuvo muy buena acogida, según la educadora social, Encarna Najarro Lanchazo, que ejerció como coordinadora. «Cada uno de los compañeros elegía a un alumno que ellos quisieran salvar, en cualquier sentido. Se decantaron por chicos con problemas de conducta, de integración, o de estudios, alumnos procedentes de familias desestructuradas...», relata Najarro.
«Empezamos con la ceremonia de apadrinamiento. En ella, el profesor presentaba a su ahijado y explicaba por qué había optado por él. Escuchar cómo decían cosas positivas de ellos y ver cómo algunos de los docentes se emocionaban al hacerlos, tuvo efectos muy positivos en la autoestima de los chicos», recuerda Encarna.
Durante un mes y medio, en horario escolar, se reunían en un aula especialmente habilitada para ello. En estos encuentros trabajaron la empatía, la autoestima, el autocontrol y la comunicación. Para formar parte del programa, los alumnos necesitaron una autorización de sus padres y su compromiso de participar, de forma paralela, en una escuela de padres. «Resultó muy positivo para las familias, porque empezaron a venir al centro», subraya la educadora social.
La experiencia cumplió así con los tres principios en los que se asienta la Red y que, según Eva María Pérez, constituyen tres de los pilares de la Ley Orgánica de Educación (LOE): El esfuerzo individual y la motivación en el alumnado en tiempos en los que ambos «escasean». El principio de la 'carga compartida' entre el alumnado, la familia, los profesores, las instituciones y el conjunto de la sociedad. Y un tercero, que es el fomento de la investigación, la innovación y la experimentación en la educación.
Hermanos mayores
En esta línea, el IES Al-Qazeres de Cáceres puso en marcha 'Hermanos mayores'. «Escogimos alumnos de 4º de la ES e intentamos que mejorara su rendimiento trabajando la inteligencia emocional. Era un curso malo, un 80% de los alumnos tenían escasas posibilidades de conseguir el título. A cada uno de ellos se le asignó uno de los chicos mayores que cursan ciclos formativos en el centro. En la hora de tutoría, se reunían y hacían sesiones de motivación y de seguimiento. Por las tardes trabajábamos con sus padres. El resultado fue que la mitad de los consiguieron graduarse», relata satisfecho Alberto Reveriego.

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