La Paz es un reclamo universal. Es la atmósfera adecuada para que tanto los individuos como los pueblos desarrollen todas sus potencialidades. Es la condición indispensable para que los intercambios entre naciones sean fuente de enriquecimiento recíproco. La Paz es, en fin, una utopía, un ideal que cautiva; pero al mismo tiempo, es una situación siempre amenazada, frágil y vulnerable. La humanidad ha ido ensayando mecanismos cada vez mejores para protegerla y garantizar formas más civilizadas de convivencia. Sin embargo, también los mecanismos de violencia se van modernizando.
MUCHOS SON LOS MOTIVOS QUE ATENTAN CONTRA LA PAZ
La ambición: Es la que mueve a aprovecharse del débil y arrebatarle lo suyo. Es posible que el bien apetecido sea legítimo; pero en situaciones de escasez, tratarán de acapararlo. Hoy que ya conocemos los recursos totales del planeta, dos líquidos serán cada vez más fuente de conflictos: el petróleo y el agua.
El miedo: Es el miedo el que mueve a armarse para protegerse de sus rivales, y eso mismo aumenta su inseguridad. El miedo empuja a la sociedad exigir supuestas "seguridades". ES EL MIEDO A NUESTRO PROPIO MIEDO, el que produce sicosis.
La venganza: Todo agravio, además del daño infligido, conlleva cierta humillación. Recuperar lo arrebatado implica, satisfacción. Pero la "Ley del Talión" ("ojo por ojo; diente por diente") nunca se satisface con un castigo proporcionado. ¿Cómo distinguir la línea que separa el castigo de la venganza?
No defender los derechos civiles.- Sin justicia no habrá verdadera paz sino a lo sumo, "equilibrio del terror". Helder Camara describió muy bien la "espiral de la violencia": inicia con la violencia institucional, que encubierta bajo apariencias legales del "statu quo" es la que produce más víctimas. En respuesta se levanta la violencia subversiva de los movimientos insurgentes. El poder, con mayores capacidades de agresión, reaccionará con la violencia represiva contra sus impugnadores. Es la "paz de los sepulcros".
No respetar las diferencias.- Los los derechos humanos tienen su base sobre los derechos culturales, es decir, el derecho a ser diferente. Hoy se pone bajo sospecha a todo el mundo y no debemos permitir ninguna discriminación hacia quienes no sean como nosotros. La paz o la guerra comienzan con nuestras actitudes cotidianas.
SÓLO LA ENCONTRAREMOS...
Si educamos para la Paz.- La acción más segura en favor de la paz será invertir para el futuro: inculcar en los niños y en las niñas los valores de la tolerancia y del respeto, y enseñarles a solucionar sus pequeños problemas dentro del espíritu del diálogo y de la respetuosa tolerancia. Es una tarea de contracorriente, pues vivimos en una cultura en que educa a los niños para la violencia: los juguetes bélicos, los video-juegos, los programas televisivos, los "comics" y caricaturas y las películas infantiles. Para que podamos convivir fraternalmente, se requerirán pequeñas células pacifistas que difundan en vastos sectores la nueva Cultura de la Paz.
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