miércoles, 2 de diciembre de 2009

EDUCAR CON EL EJEMPLO...

LAS PRESIONES QUE MÁS SUFREN LOS MAESTROS PRIVADOS


El caso de Lorena muestra la realidad difícil que le toca a vivir a los docentes del sector privado, donde derechos fundamentales como la libertad de expresión y al trabajo son vulnerados a diario.
En diálogo con LaCapital.com.ar , el secretario gremial de Sadop Rosario, Martín Lucero explica algunos de eso puntos claves que afectan el trabajo de los educadores del sector privado de la educación.
¿Es común que a las maestras se las condicione para que no participen gremialmente o se sumen a los paros?
Históricamente fue así. La patronal presionaba al docente para que no hiciera paro, basados en la creencia que lo que diferenciaba a la escuela privada de la pública, era que la primera no tenía paros. En los 90 algunos colegios empezaron a pagar plus para evitar los paros. Y en los colegios donde los papás no podían pagar, la única forma de hacer que el docente fuera a trabajar era amenazarlo con que podían ser despedidos.
El crecimiento de Sadop hizo que esta conducta ya no fuera general, pero existe en aquellos colegios donde todavía el sindicato no ha logrado una presencia mayor, como puede ser, la existencia de un delegado. Generalmente es allí donde se trata de evitar que los docentes se afilien. Esto pasa en muchos colegios del centro de Rosario y en los que no reciben aportes. Lo hacen porque conocen que la presencia del sindicato evitaría muchos abusos que se dan en esas instituciones.
¿Qué tipo de presiones son las más comunes en el sector privado de la docencia?
La presión más común tiene que ver con los descuentos de días. Ultimamente hemos visto cómo se llaman a reemplazantes los días antes de los paros para que "acompañen" al docente que se va a plegar a la medida y le "enseñe todo" lo que están haciendo los alumnos, con la clara intención de hacerle ver al docente que "ya tiene reemplazo".
Pero sin dudas, lo más grave es la amenaza de despido. En algunos casos directamente por adhesión a la medida y en otros casos por el "peligro de cierre" de divisiones. Esto significa que supuestamente a causa de los paros los padres sacan sus hijos para mandarlos a otros colegios. Este hecho no se termina verificando en la realidad.

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